Tal como se he señalado en un blog anterior, losPanama Papers han tenido repercusiones de gran alcance en todo el mundo. En el caso de América Latina y el Caribe, la publicación de esos documentos impacta a dos tendencias principales.
Por un lado, los países de América Latina y el Caribe vienen fortaleciendo sus defensas contra el lavado de dinero durante los últimos años. Gracias a los esfuerzos realizados y al seguimiento de las mejoras de las leyes y las reglamentaciones relevantes,Ecuador, Nicaragua, Paraguay y Panamá lograron salir de la “lista gris” del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), el organismo contra el lavado de dinero más importante del mundo. El BID ha brindado soporte técnico en varios de estos esfuerzos.
Por otro lado, muchos bancos importantes, en un esfuerzo por evitar lo que perciben como riesgos excesivos a causa del lavado de dinero, se están retirando de los países pequeños de la región. Este fenómeno, conocido como de-risking, tiene repercusiones económicas graves en los países de América Latina y el Caribe. Por ejemplo, enviar y recibir remesas y financiar el comercio internacional puede resultar más difícil para las personas y las empresas locales.
Entonces, ¿qué se puede hacer?
Lamentablemente, no hay ninguna respuesta sencilla.
Como se indicó en el blog anterior, los casos que surgen del informe Panama Papers se relacionan mayormente con la evasión y la elusión fiscal. Por lo tanto, las soluciones implican mejorar la transparencia de los sistemas impositivos y el intercambio de información entre los países, una tarea de la cual se está ocupando la OCDE. Sin embargo, la evasión fiscal también es un delito predicado para el lavado de dinero, y aquí es donde entra en juego el Grupo de Acción Financiera Internacional, principal encargado de establecer estándares para la lucha contra el lavado de dinero.
En base a esta distinción, desarrollamos tres ideas.
Por último, es poco probable que las medidas que los países tomen de forma aislada tengan un impacto significativo sobre un fenómeno que es global. Tomemos el caso del régimen impositivo. Las jurisdicciones compiten entre ellas con su régimen impositivo, lo cual constituye gran parte del problema (como se explica claramente en este excelente informe), y el cambio tiene que ser el resultado de un esfuerzo colectivo.
En otras palabras, para que exista un impacto, es indispensable que la acción entre los diferentes países sea conjunta y coordinada. Con suerte, el informe Panama Papers ocasionará la conmoción necesaria para que se genere esta clase de respuesta coordinada.