Pablo Rodas Martini
Los economistas son los vikingos modernos: con sus herramientas invaden, ruidosos, otras disciplinas de las ciencias sociales. Tienen estudios sobre democracia, violencia, educación, el tema que se le ocurra… ahí ha habido un economista. Mientras los profesionales de otras disciplinas se limitan a colocar unos cuadros o gráficos, los economistas se regodean con modelos econométricos. Hoy presento uno de esos casos: cómo los economistas están sacando de su letargo de más de un siglo a los equipos de fútbol (lo mismo ocurre con los de béisbol y básquetbol).
Además, y sin que eso sea un elogio para los economistas, pues a veces también fracasan en aquello que más les atañe, la economía, es de tomar nota que en otros países los economistas han tenido éxitos como ministros de salud, de educación, de infraestructura o en otras carteras. Solo en países como los nuestros los presidentes siguen con telarañas mentales y creen que el ministerio de salud debe ser dirigido por un médico, educación por un educador, agricultura por un agrónomo o comunicaciones por un ingeniero (perdón, a veces por un político). ¿Por qué los economistas, en otros países, son a veces llamados para esas carteras? Muy sencillo: el economista sabe planificar y busca la eficiencia… que es lo que muchos de esos sectores necesitan; un cirujano, por el contrario, debería estar en una sala de emergencias y no dirigiendo a miles de trabajadores de salud.
Ahora que la Eurocopa está por definirse, comento algunos de los hallazgos que los economistas deportivos (nueva especialidad) han encontrado después de analizar las estadísticas de casi treinta mil juegos desde 1872 a la actualidad.
Primero, los países europeos que casi siempre ganan la Eurocopa (o el campeonato mundial cuando Europa lo ha logrado) han sido: Alemania, Francia, Italia, Holanda o Bélgica (cinco de los seis que fundaron lo que hoy es la Unión Europea, si se quita al minúsculo Luxemburgo, y que además están en el centro de Europa). Ahora habría que agregar a España (ya no pertenece a la periferia), pero los economistas también han encontrado por qué equipos como el de Inglaterra jamás logran ganar (con la remota excepción de 1966). Según esto las probabilidades en el 2012 estarían a favor de Alemania, Francia, Italia o España.
Segundo, los penaltis, contrario a lo que casi todos creen, no hacen ninguna diferencia en el largo plazo. Esto parece paradójico pues un penalti es determinante en casi todo partido. La razón es muy simple: los equipos que se benefician de los penaltis son aquellos que tienden a dominar a su adversario en el terreno de juego (por algo el penalti tiene lugar en la zona de defensa del equipo contrario), en otras palabras, sus probabilidades de ganar siempre serían mayores.
Tercero, los equipos incurren en dos grandes errores cuando contratan a sus entrenadores: se inclinan por exjugadores famosos y toman las decisiones en unas pocas semanas. No hay relación entre ser buen jugador y ser buen entrenador y, además, los buenos jugadores creen que lo saben todo y no abren su mente a las nuevas ideas. Los entrenadores jamás deberían escogerse en unas pocas semanas; las multinacionales contratan headhunters y se toman varios meses para contratar a sus gerentes.
Cuarto, las compras de futbolistas por cifras altísimas es un gigantesco error.
Se compra caro un jugador defectuoso (muchos jugadores caros ya pasaron su pico), cuando habría que actuar como el Olympique Lyon, que pasó de ser un equipo mediocre a ganar varias copas en Francia: ellos compran barato jugadores de calidad, es decir, buenos jugadores en sus tempranos veinte. Por cierto, los economistas también han encontrado algo sorprendente: el pico de los futbolistas no ocurre al inicio de los 30 años, sino alrededor de los 27 (los defensas y los porteros tardan un poco más), y que la variable más influyente son los salarios: a mejores salarios, mejores equipos.
Y usted se preguntará: ¿por qué los economistas se preocupan por el fútbol cuando la zona euro se desploma y la economía mundial amaga con caer en recesión? Así son los economistas… ¡Bromas! La mayoría sí está analizando esos temas enjundiosos, pero algunos prefieren dedicarse a entelequias, cual si fueran diletantes, y todo porque están acostumbrados a trabajar con miles de números, a los cuales “torturan” hasta que logran que estos les “confiesen sus verdades”. He ahí por qué son los vikingos modernos.
*Tiene un Ph.D. y un M.Sc. por el Queen Mary and Westfield College de la Universidad de Londres.
Muchos ejemplos de oraciones traducidas contienen “usted se preguntara” – Diccionario inglés-español y buscador de traducciones en inglés.