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  • 8 agosto, 2016
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Perú: en busca de ciudades más inclusivas

*Por Eleonora Silva, Directora Representante de CAF –Banco de Desarrollo de América Latina- en Perú

Con un 80% de sus habitantes viviendo en ciudades, América Latina es la región más urbanizada del mundo. Sumemos a esto que la tasa de motorización en el continente tiene el dudoso privilegio de ser la que más crece a nivel global. Y, por si fuera poco, el sector del transporte es responsable de alrededor de un tercio de las emisiones de dióxido de carbono.

Estas realidades, unidas a unos históricos déficits de planificación urbana, se traducen en: aparatosos atascos diarios en las principales arterias urbanas de la región y degradación ambiental, ya que la gran mayoría de vehículos todavía funciona con energías fósiles, que son las más contaminantes.

Para revertir esta situación y mejorar la calidad de vida de los latinoamericanos así como el medio ambiente, en los próximos años deberemos transitar hacia economías bajas en emisiones de carbono y nuevos modelos de movilidad urbana que sitúen al ciudadano y su bienestar como verdaderos protagonistas. Para lograrlo, será necesario articular, a través de políticas públicas, el transporte sostenible (no motorizado y público) con una adecuada planificación urbana.

En este sentido, con el objetivo de contribuir a la creación de ciudades peruanas competitivas, dinámicas e inclusivas, hemos desarrollado varias iniciativas que incluyen estudios para estructurar un Sistema Público de Bicicletas (SPB) que integre los distritos capitalinos de San Isidro, San Borja y Miraflores, con miras a que en el futuro, estos sistemas puedan conectarse con las estaciones del Metro y Buses del Metropolitano.

En una primera etapa, el desarrollo de un SPB en Lima propiciaría alrededor de 14.000 viajes diarios en bicicleta y alcanzaría a unos 9.500 usuarios potenciales, según el informe Estructuración de un Sistema Público de Bicicletas Interdistrital en la ciudad de Lima, elaborado por CAF y la Fundación Ciudad Humana, en alianza con las referidas comunas capitalinas.

El proyecto contempla tener 260 estaciones y 10.500 bicicletas circulando en los tres distritos, con lo cual se contribuiría a fomentar el uso de modos alternativos de movilizarse, facilitar la integración con otros modos de transporte, reducir las emisiones contaminantes, así como mejorar la movilidad urbana y la salud pública en la ciudad.

Calculamos que la implementación del SPB implicaría una inversión inicial de unos 10 millones de dólares y se estima que, con la participación de la empresa privada, podría obtenerse casi USD$5 millones anuales por publicidad y más de 2 millones por patrocinio.

En este aspecto, cabe una alianza estratégica entre la empresa privada y los tres distritos mencionados, los cuales conglomeran más de 250 mil habitantes. Sin embargo, por ser centros financieros y comerciales de la capital, soportan altos niveles de tráfico vehicular, pues reciben diariamente una importante población flotante (1.410,000 aproximadamente), por motivo de trabajo, negocios, estudios o turismo.

Adicionalmente, estamos impulsando estudios sobre transporte urbano en Arequipa, Trujillo, Piura y Cusco, ciudades del interior del país que experimentan un gran crecimiento económico, traducido en mejoras en educación, infraestructura, salud y diversificación productiva, todo lo cual requerirá de una reformulación del sistema vial.

También hemos financiado la construcción de los dos tramos de la Línea 1 del metro de Lima y actualmente estamos co-financiando la construcción de la Línea 2. La red de metros permite brindar un servicio de transporte masivo, seguro, reducir los tiempos de viaje, mejorar la calidad de vida de los usuarios y contribuir a atenuar la contaminación ambiental y sonora de la capital, así como los elevados niveles de congestión.

Con estas acciones esperamos posicionar las tendencias de movilidad urbana sostenible en grandes urbes y ciudades intermedias del Perú y otros países de América Latina, en conjunto con entidades públicas y la sociedad civil.

Este tipo de iniciativas lograrán un uso más eficiente del espacio público para modos masivos de transporte, modos no motorizados alternativos de movilidad y el impulso de la bicicleta como modo complementario. Todos estos elementos confluyen en la construcción de ciudades más accesibles, amigables e inclusivas que se adapten y mitiguen los efectos del cambio climático.

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