En cualquier época del año, cada vez aumenta más y más el número de turistas gracias al descenso de los precios en los vuelos o al auge de plataformas de actividades turísticas como Civitatis.
Este auge del turismo ha permitido que millones de personas abran año tras año su mente, descubran nuevas culturas, se fascinen ante monumentos tan impresionantes y variopintos como el Machu Picchu o el Coliseo romano… Pero también, que cada vez haya más turistas que no se enteran del impacto que pueden llegar a tener en el destino.
Cuando viajamos es necesario conocer qué debemos hacer durante nuestra estancia y cuáles son las mejores prácticas a realizar en el destino, pero es aún más importante saber qué fallos no debemos cometer si no queremos ser un turista tan irresponsable como irritante. Un mensaje importante que difundir, especialmente, con motivo de la celebración del Día Mundial de Turismo, el próximo 27 de septiembre.
1. Desfasar porque estás en el extranjero
Vale, quieres hacer partícipe a todas las calles de Roma de tus nuevos pasos de baile o quieres recordar a grito pelado durante tu pub crawl por Nueva York que te sabes de memoria Paquito el Chocolatero. ¡Pero a la población local no le importa en absoluto! Sé respetuoso con los vecinos, respeta sus horarios y sobre todo, compórtate como lo harías en tu ciudad: ¡estar en el extranjero no te hace invisible o inmune!
2. No respetar la cultura local
Cada cultura es un mundo en sí mismo, y todas merecen el máximo respeto. Por extrañas que puedan parecerte algunas costumbres o tradiciones, es completamente necesario que no te burles de ellas o te las tomes como un juego, ya que puedes ofender a más de una persona.
3. Comparar el destino con tu ciudad de origen
“Pues en Madrid se come mejor y más barato”, “¿que el metro cierra a las doce? ¡En Barcelona está abierto toda la noche!”, “madre mía, ¿y a esto le dan tanto bombo? ¡Si la Giralda es más alta!”. Son frases que todos hemos escuchado e incluso dicho alguna vez, pero que hay que desterrar por completo de cualquier viaje. No solo por una cuestión de respeto al destino, sino también para no amargarte tu propia aventura y sobre todo, la de aquellos que te rodean.
4. Creerte el más listo del lugar
Regatear hasta la extenuación en el zoco de Marrakech, no respetar las prohibiciones de sacar fotos en la Capilla Sixtina, hacer todo lo posible por entrar sin pagar a un monumento… Oye, ¡que no todo vale cuando viajas! Estas prácticas, además de dejarte en mal lugar a ti y a tu grupo, pueden llegar a ocasionar problemas de todo tipo que es mejor evitar. ¡Las vacaciones están para disfrutarlas!
5. Tener la mente cerrada a la gastronomía autóctona
Es perfectamente aceptable que prefieras la paella de tu madre o las croquetas de tu madre al pad thai del tour gastronómico por Bangkok, ¡pero no te cierres en banda! La gastronomía es cultura, y probar nuevas recetas es degustar el sabor de un país. Ya tendrás tiempo de comer tus platos favoritos al regresar a tu casa, ¡mientras tanto abre tu mente y paladar!
6. Ser impuntual en las excursiones o visitas guiadas
Las 6:00 horas, todo el autobús preparado para salir de excursión a Washington DC con más sueño que vergüenza… Y tú, llegando tarde. ¿Y todavía te asombras si el grupo se marcha sin ti? Cuando estés de viaje, recuerda extremar la puntualidad en todas tus visitas guiadas y excursiones. Será una excelente muestra de respeto a tus compañeros de viaje y también a tu propio bolsillo, ya que puedes llegar a perder la posibilidad de hacer la actividad.
7. No molestarte en aprender algunas palabras del idioma local
De acuerdo, aprender el idioma de Islandia o manejar el dialecto cantonés en China puede llegar a ser misión imposible, y más para un viaje de tan solo unas semanas pero… ¡Aprender lo básico no cuesta tanto! Palabras como “por favor”, “gracias” o “buenos días” pueden llegar a sacar una sonrisa en cualquier lugar del mundo, así que tómate la molestia de aprenderlas en el idioma del destino que vayas a visitar.
8. Quedarte solo en lo superficial del destino
Es lógico que cuando uno viaja a Roma arda en deseos de ver el Panteón o que se vuelva loco por ver la Mona Lisa en el Museo del Louvre, ¡pero eso no es suficiente! Tanto las ciudades como los museos siempre albergan maravillas menos conocidas pero que igualmente merecen una visita, ¡en muchos casos hasta más que los highlights! No te quedes en lo superficial, adéntrate en la cultura local y descubre auténticas joyas.
9. Paralizar la ciudad por hacerte un selfie
Cualquier turista que se precie quiere un selfie con la Sirenita de Copenhague o el Manneken Pis de Bruselas, ¡pero el mundo no gira a tu alrededor! Cuando quieras inmortalizar el momento junto a tu monumento favorito, recuerda ser respetuoso con la rutina de los locales y no tardar en exceso en sacar la fotografía. ¡Turistas, vecinos y tus propios compañeros de viaje te lo agradecerán!
10. Ser irrespetuoso con el medio ambiente
¿Calor en Lisboa en pleno mes de agosto? ¿Quién podría pensarlo? Sé previsor y lleva contigo una botella de agua metálica para evitar tener que comprar agua embotellada, ayudando así a eliminar el uso de plásticos y reducir los residuos. Además de esto, existen cientos de consejos y prácticas para respetar el medio ambiente, como utilizar la bicicleta como transporte en vez del coche o no perturbar la naturaleza del destino visitado.
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