Ramón Espinasa
La caída del precio del petróleo a lo largo del último trimestre de 2014 y todo el año 2015, hasta promediar 37 dólares por barril ($/b) en el mes de Diciembre1 , refleja un cambio estructural en el funcionamiento del mercado petrolero internacional. El precio del mes de Diciembre de 2015 fue poco menor a 40% del promedio que prevaleció entre el primer trimestre de 2011 y el tercer trimestre de 2014 de 97 $/b.
La causa fundamental de la caída del precio es el aumento cuántico en la producción de petróleo en los Estados Unidos. El incremento en 85% de la producción en este país en los últimos siete años se debe, en primer lugar, al desarrollo de fuentes de petróleo no-convencional. Estados Unidos es de nuevo el primer productor mundial de petróleo.
La segunda causa que explica el colapso de los precios a lo largo de los cinco últimos trimestres fue la posición muy firme de Arabia Saudita en noviembre de 2014, arrastrando consigo al resto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en cuanto a no disminuir su producción para abrir espacio en el mercado global a la producción incremental norteamericana, que está llevando a reducidas importaciones de crudo y obligando a productores que antes vendían en EEUU a vender en otros mercados por menor precio. La competencia por espacio entre los productores privados en Estados Unidos y la producción de los países miembros de la OPEP, se ha materializado a través de la reducción sostenida de precios. A esto se une que la producción de países fuera del área de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y de la OPEP tampoco ha disminuido ante los bajos precios.
A las razones anteriores, que se han traducido en un súbito aumento de la oferta, se une la desaceleración de la tasa de crecimiento de la demanda mundial de crudo desde hace más de tres años, particularmente en los países en desarrollo en Asia. El incremento histórico de la demanda de estos países motorizó el boom en la demanda que originó lo que se llamó el súper-ciclo de precios altos que se inició en el año 2000. La competencia por espacio en un mercado que se desacelera ha exacerbado la caída de precios. La irrupción de la nueva producción de Estados Unidos, fruto del desarrollo de reservas muy abundantes de petróleos no-convencionales, hasta hace poco tiempo inexplotadas, está cambiando la fisonomía del mercado petrolero internacional. La magnitud de estas reservas y la velocidad de respuesta en el desarrollo de las mismas, por parte de un gran número de productores privados en competencia, se traduce en un nuevo modelo de funcionamiento del mercado mundial. En este nuevo modelo, el precio del crudo estará determinado por el costo marginal de producción de las reservas de crudo noconvencional en Estados Unidos. El nuevo modelo sustituye al que ha estado en vigencia desde mediados de la década de los setenta en el cual, el oligopolio conformado por los países de la OPEP ajustó su producción para realizar ganancias monopólicas dado un nivel de demanda. En el nuevo modelo, la producción de Estados Unidos aumentará hasta cubrir la demanda insatisfecha por la OPEP, generando un nivel de competencia nunca antes visto en el mercado petrolero mundial. La presencia de Estados Unidos se acentúa con el levantamiento de las restricciones a las exportaciones de petróleo crudo en este país.
Esta columna fue originalmente publicada en el blog Energía para el Futuro del Banco Interamericano de Desarrollo BID.