La Inteligencia Organizacional es transformar el conocimiento que tiene un individuo desde su perspectiva dentro de la organización y convertirlo en un conocimiento colectivo que permita compartir las reglas, estrategias y procesos para estandarizar y automatizar los modelos de trabajo, integrar las aplicaciones y servicios corporativos, y responder con creatividad a las demandas del mercado.
Las empresas y corporaciones, cuando no cuentan con Inteligencia Organizacional, son ineficientes y no pueden gestionar proactivamente los niveles de servicio requeridos cuando ejecutan sus procesos de negocio. Una vez adoptan iniciativas de Inteligencia Organizacional, pueden alcanzar altos niveles de Flexibilidad, Visibilidad y Transparencia en sus procesos de negocios, facilitando que las actividades relacionadas con ellos puedan ser priorizadas, enviadas a las personas más indicadas para ejecutarlas y anticiparse para evitar posibles fallas en los procesos.
La gestión de los procesos de negocios es una actividad crítica para que las Organizaciones puedan alinear tanto los recursos como la tecnología y las personas para fortalecer sus estructuras, lo que les permitirá cumplir con sus objetivos estratégicos y ser más competitivos. Adicionalmente, la Inteligencia Organizacional provee funcionalidades analíticas para identificar dónde deben focalizar sus esfuerzos de mejora en los procesos de negocios.
La Inteligencia Organizacional busca relacionar los diez factores asociados con cualquier proceso de negocio: Qué, Porqué, Dónde, Cuándo, Quién, Cómo, Con qué, Cuánto dura, Qué resuelve y Cuánto vale.
Ante un proceso de negocio, la Inteligencia Organizacional documenta Qué se hace, Porqué se hace, Dónde y Cuándo se hace, así como Quién lo hace, Cómo lo hace, Con qué recursos lo hace y Cuánto tiempo dura para que, como resultado, pueda identificarse Qué resuelve y Cuánto vale.
Una aplicación continua de este método permite perfeccionar el proceso de negocios evaluado y convertirlo en una fuente de conocimiento para ser utilizado por todos los actores que participan en la ejecución del mismo.
Los componentes tecnológicos de una iniciativa de Inteligencia Organizacional son los siguientes:
Cuando las empresas deciden embarcarse en una iniciativa de Inteligencia Organizacional, obtienen beneficios tangibles, como por ejemplo:
Existen empresas como General Electric que al implantar la Inteligencia Organizacional han logrado mejoras de más de dos dígitos en métricas como márgenes, capacidad, utilización de recursos y uso de capital.
Analistas como Forrester han identificado que las empresas que tienen Inteligencia Organizacional han alcanzado incrementos en la productividad de entre 30% y 50% para los procesos de negocios que involucran a personal operativo y han logrado incrementos de entre 15% y 30% en los procesos de negocios que involucran a personal táctico y estratégico.
Gartner ha reportado que basado en las experiencias de sus clientes, el 80% de las empresas que cuentan con Inteligencia Organizacional obtendrán un retorno anual en productividad superior al 15%.
Si su empresa aún no ha evaluado ni decidido incluir una iniciativa de Inteligencia Organizacional dentro de su plan estratégico, es el momento de evaluar el tema seriamente y acercarse a expertos como IDS de Centroamérica que pueden ayudarle a definir cómo obtener beneficios cuantificables de la Inteligencia Organizacional.
Redactado por:
Fernando Martin del Campo
Director Ejecutivo IDS de Centroamérica