Estimadas familias empresarias,
Por lo general, en las empresas familiares se observan actitudes y pensamientos singulares. Y singulares por positivos, no por conflictivos precisamente. Las empresas de sueños suelen tener alma. Y las de generaciones de dueños, además, cuidan especialmente el legado recibido de generaciones anteriores. No es terreno para “politiqueos” o cuestiones accesorias, sino más bien se respira autenticidad.
Recientemente he tenido la extraordinaria fortuna de participar en un evento organizado por el grupo Unidad Editorial en el marco de los desayunos “Iberoamérica Empresarial” cuyo protagonista central fue Robert Unanue, Presidente Mundial de Goya Foods. Goya es la compañía de comida hispana más grande de Estados Unidos con más de 1500 millones de dólares de facturación, más de 4.000 empleados y presencia global. En síntesis, la empresa familiar latina más grande en Estados Unidos.
Goya fue fundada en 1.936 por Prudencio Unanue Otiz en Nueya York a los 49 años (nunca la edad es impedimento para emprender, por cierto). Un emigrante español nacido en Villasana de Mena (Burgos). Basada en un principio experimentado en carne propia: un emigrante nunca olvida su idioma, su música y su comida. Sin duda, un visionario. Esa característica tan propia de la gente emprendedora. Porque no vendía alimentos, vendía nostalgia. Hoy, su nieto lidera una compañía cuya última innovación es el agua de coco. Una bebida isotónica que cuenta con grandes celebrities como sus más fervientes fans. Pregunten a Madonna o Rihanna
Robert tiene seis hijos y seis nietos pero cuando habla de su familia siempre repite machaconamente que su familia es la familia Goya, de la que forman parte sus más de 4.000 empleados. Así piensan muchas familias empresarias. Esos son los valores que hacen grandes a las empresas familiares. Que pasan de generación en generación. Y que se trasladan a comportamientos que hacen reconocible la cultura de una empresa. Una cultura singular, pilar de sólidas ventajas competitivas. En este caso, concretada en la relevancia de rodearse de gente muy competente y comprometida.
Goya es un excelente ejemplo de ver la vida en clave de oportunidad. De esa actitud “hayqueista” de la que tanto hablo. Por eso Robert nos recuerda la frase profundamente “hayqueista” del Presidente John F.Kennedy, quien en su toma de posesión inmortalizó la frase “no pienses que puede hacer América por ti, piensa que puedes hacer tú por América”. Por más dura que sean las circunstancias siempre hay espacios para emprender. La actitud es la que marca las diferencias.
En el curriculum de Robert Unaue destaca que recientemente recibió la Medalla de Honor de Ellis Island en reconocimiento al éxito de Goya y su constante apoyo hacia la comunidad durante estos 80 años. Me gustan las sociedades que reconocen y ponen en valor a sus empresarios. Porque su contribución a la generación de empleo, innovación, riqueza, bienestar es extraordinaria.
Gracias familia Unanue y ojalá las cuartas y quintas generaciones ayuden a seguir haciendo crecer la compañía por largos años.
Hasta pronto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean.