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Xavier Marcet
Estrategia

Barça: Lecciones para las empresas

Por Xavier Marcet*

No es suficiente con tener un producto ganador o al mejor jugador de mundo, es el alma la que debe ser consistente. De la evolución del Barça en los últimos años podemos sacar algunas lecciones para el mundo de la empresa. Pero sin exagerar porque la analogía entre el fútbol y la empresa tiene sus límites.

Lo que rodea a un club de fútbol de este nivel no tiene parangón corporativo posible. No hay duda de que el Barça viene de escribir el ciclo más glorioso de su historia. Los culés hemos disfrutado como nunca. El Barça de Guardiola y algunas temporadas más ha sido, con el Milán de Sacchi, uno de los mejores equipos de la historia: seguramente con el Ajax de Cruyff, el Brasil de Pelé y el Real Madrid de Di Stefano.

En términos de empresa no dudaríamos en hablar de excelencia.

¿Qué ha podido pasar para que un equipo estelar como ninguno caiga en la mediocridad? Pues lo mismo que ha sucedido a muchas empresas, que de tanto relamer sus glorias, hoy ya no existen o viven muy disminuidas.

Propongo algunas reflexiones que han tenido su espoleta en la derrota escandalosa del Barça ante el Bayern de la Copa de Europa pero que son bastante anteriores. Les comparto la inspiración que ha supuesto para mí por si a alguien le puede interesar.

1.- La importancia de la consistencia. Las empresas son consistentes cuando saben imponerse a sus propios éxitos de un modo sostenido. La consistente es adaptarse. Lo inconsistente es exprimir inercias que fueron gloriosas en el pasado pero que no podían ser eternas.

No adaptarse, no saber gestionar los éxitos que vienen del pasado con la adaptación a un mundo que cambia lleva al desastre. No tener tiempo para innovar y, sobre todo, no tener una organización preparada para innovar y adaptarse es letal a medio plazo.

2- Las empresas cuando tienen dinero (que han ganado en base a sus eficiencias y sus equipos de alto rendimiento) muy a menudo hacen tonterías. Saben ganar dinero, pero no saben gastarlo. Entonces compran empresas sin ton ni son y no las saben incorporar.

Igual que el Barça ha fichado con pésimos resultados en los últimos años con fiascos descomunales. Hacer tonterías es un síntoma de nuevo rico y esto que no se entendería en organizaciones de larga trayectoria, en cambio, es bastante frecuente, también en las empresas. A las empresas también las matan sus tonterías.

3.- La pérdida de la humildad. El gran Barça de Guardiola lo hicieron gente que procedía de la Masía: Puyol, Xavi, Iniesta, Piqué, Busquets, Valdés, Pedro, Messi. Profesionales con determinados valores y la mayoría de ellos con la cabeza razonablemente amueblada.

Pero con el tiempo la autocomplacencia fue más importante que la humildad. Ya no eran aspirantes. La humildad cimienta los equipos mucho mejor que la arrogancia. Las empresas necesitan un Puyol que ponga a cada uno en su sitio en el vestuario y que recuerde que, por encima de las individualidades, hay un propósito que las trasciende.

Hay muchas empresas en las que sus equipos se tornaron en silos y sus directivos en vedettes corporativas. Mal camino.

4.- Junto con la pérdida de la humildad se pierde este plus de esfuerzo que da la velocidad en el campo de juego o la agilidad en la empresa. Sin esta punta de agilidad diferencial las organizaciones se vuelven mediocres. La diferencia está en los detalles y en el nivel de autoexigencia. Gente de primer nivel deja de dar los resultados de antaño por detalles. Ya sea con un entrenamiento menos o un pedido que no se pasa porque se hizo tarde y porque ya hay muchos pedidos.

El esfuerzo inteligente y la autoexigencia es la base de detalles que devienen trascendentales. El esfuerzo y el hambre de ganar (o de vender). Sin hambre, la decadencia está servida.

5.- La importancia de los equipos. Se da el caso de muchos altos directivos de empresa que pasan a ser incorporados como fichajes estelares por otras empresas. En pocos casos los resultados son los mismos. Porque sin dudar de su valía, los resultados conseguidos eran fruto del momento especial que vivía todo un equipo de gente a su alrededor. Revivir este momento especial en otro lado es muy difícil.

Vean, por ejemplo, lo mucho que le ha costado triunfar a Guardiola. por seguir buscando ejemplos en el fútbol.

Tener al mejor jugador de mundo, como es Messi, no garantiza la excelencia sino tiene alrededor un momento de equipo. Tener “Messis” lo que te garantiza en el Barça o en cualquier empresa es que la decadencia sea mucho más lenta y que su genialidad maquille la mediocridad emergente.

6.- Abandonar la fórmula genuina acostumbra a llevar al desastre. Coca-Cola lo probó y lo pagó muy caro, aunque después supo aprender.

El Barça abandonó su modelo basado en la cantera, en su famosa Masía. Es un modelo consistente si tiene líderes consistentes que sepan explicar que es una apuesta ganadora en ciclos largos, aunque implique crisis coyunturales. Es como en las empresas, cuando tienen una propiedad consolidada buscan trayectorias de rentabilidad a largo plazo y saben que habrá años malos pero que los ciclos serán buenos. Innovan porque quieren perdurar.

Cuando en una empresa entra un fondo de inversión todo son resultados a corto plazo, lo cual acostumbra a acabar en desastre. Las bases de la empresa, de su modelo genuino de negocio se abandonan y todo es a corto plazo, del mismo modo que el Barça ha abandonado su modelo de Masía por un resultadismo miope.

7.- Las disrupciones empresariales siempre empiezan por las periferias del negocio, en rincones donde cuesta hasta pasar la escoba. Hay un libro reciente de la gran Rita McGrath titulado “Seeing around corners” que explica cómo detectar los puntos de inflexión en los negocios antes que sucedan. Es decir, a dónde hay que mirar para que no nos pillen disrupciones que se nos lleven por delante como el Bayern arrasó inmisericorde al Barça de Messi.

Cuando no haces caso de las señales, cuando te sientes por encima de todo, el estrépito de la crisis es innegociable.

8.- Gestionar el talento en contextos de grandes éxitos empresariales o deportivos es muy complicado. Pero las organizaciones de talento son fluidas, cuando se vuelven estanques con poca renovación, declinan.

El talento se demuestra con resultados por encima de la media siempre, en cada partido, en cada proyecto u operación corporativa, el talento no es hacer tres grandes partidos es dar resultados siempre.

Gestionar el talento enorgullecido de triunfos o el talento que no se adapta es gestionar pronto el no-talento. Las empresas son el resultado de la suma de talento, que nos hace competitivos, y buena gente, que hace que los equipos vivan momentos memorables humanamente hablando.

Cuando en una institución hay más engreídos que buena gente todo se tuerce. El talento no es permanente.

El gran Barça de Guardiola se construyó sobre las salidas de enormes jugadores: Ronaldinho, Deco o Samuel Etoo. No saber dar fluidez a los equipos y al talento es un gravísimo error que se paga muy caro.

9.-  Las empresas en su éxito se expanden. Esta expansión necesita de una muy buena coordinación, y así, llenas de buenas intenciones crecen y se multiplican burocracias que tornan cualquier decisión sinuosa, compleja y llena de intereses que a veces poco tienen que ver con los clientes o con el propósito corporativo.

Los grandes clubs acaban siendo burocracias tupidas y redundantes. Muchas grandes empresas también.

Las burocracias se alejan de la centralidad de los clientes, son gente que piensa exclusivamente en que su parcela esté bien gestionada y esta y no los clientes es su preocupación prioritaria. Las burocracias acaban diluyendo el alma que hizo grande a las empresas o las instituciones, pero dicen que es sin querer.

10.- Los liderazgos son determinantes. En el campo o en la trinchera comercial. En las juntas de los clubs o en los consejos de administración. Sin líderes consistentes es muy difícil crear organizaciones consistentes. Líderes con gran ambición corporativa (o deportiva) y con gran humildad personal. Líderes sin mal de altura Honestos. Accesibles. Que sirvan con el ejemplo, nada más.

El Barça nunca más tuvo un líder como Puyol en el campo o como Guardiola en las decisiones. Muchas empresas deterioran sus liderazgos en luchas de poder y después no entienden cómo siendo tan buenos, cómo habiendo hecho cosas tan importantes, las cosas puedan torcerse y llegar a ir tan mal.

Lo difícil en la vida son las transiciones. Cómo aprendemos y desaprendemos y cómo reordenamos nuestras capacidades para ser capaces de crear nuevas oportunidades y aprovecharlas para regresar a ser organizaciones realmente consistentes. No es suficiente con tener un producto ganador o al mejor jugador de mundo, es el conjunto de personas lo que debe ser consistente. Es el alma la que debe ser consistente.


* Es Presidente de Lead To Change una empresa de consultoría en innovación estratégica que tiene por misión ayudar a las empresas a desplegar modelos de innovación muy orientados a resultados y a darles apoyo en el desarrollo de sus proyectos de innovación y emprendimiento corporativo. LTC, tiene sede en Barcelona, Boston y Santiago de Chile.

Vínculos

https://www.sintetia.com/barca-lecciones-para-las-empresas/

http://www.xaviermarcet.com/

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