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ICEFI

Centroamérica debe apostar por la descentralización energética

Lourdes Molina, Icefi

A nivel internacional, con la adopción de la Iniciativa de las Naciones Unidas de Energía Sostenible para Todos (See4all), la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible y el Acuerdo de París, se han dado pasos significativos hacia la meta de acceso universal a energía verde e inclusiva, un elemento clave en la lucha contra la pobreza y el cambio climático.

A pesar de la importancia de la energía para el desarrollo sostenible, en la actualidad cerca de  1,186 millones de personas en el mundo carecen de acceso a la electricidad, es decir, 1 de cada 5 personas (OECD/IEA, 2016). Centroamérica no es ajena a esta problemática. A pesar de tener una tasa de electrificación media de 90%, por encima del promedio mundial de 84%, en la región 4.7 millones de personas viven sin acceso a la electricidad, la mayoría de ellas en las zonas rurales. Guatemala y Nicaragua  concentran dos terceras partes de la población centroamericana que carece del servicio eléctrico, es decir, unos 3.1 millones de personas.

Centroamérica: Tasa de electrificación y número de personas sin acceso a electricidad (2014)

País Tasa de electrificación nacional Personas sin acceso a la electricidad
Costa Rica 99.5% 23,022
El Salvador 93.7% 387,257
Guatemala 89.6% 1,670,055
Honduras 89.3% 851,476
Nicaragua 76.3% 1,424,291
Panamá 91.2% 341,980
Centroamérica 90.0% 4,698,081
Mundial 83.6% 1,186,433,765

Fuente: Icefi/Hivos con base en OECD/IEA (2016)

Centroamérica no se encuentra lejos de alcanzar el acceso universal a la energía, pero la última milla para alcanzarla es la más difícil de recorrer para los Estados, en particular porque la mayoría de las personas sin electricidad se encuentran en áreas con gran dispersión geográfica, poca accesibilidad y limitada capacidad de pago.

Frente a este desafío, una alternativa por la que se debe apostar es la descentralización energética, que permita implementar sistemas de producción energética en o cerca del punto de uso, sin la necesidad de establecer una conexión a la red eléctrica nacional. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), para lograr acceso universal el 55.0% de toda la energía debe ser generada de manera descentralizada, en pequeñas redes y sistemas de energía independientes (en Hivos, 2013). Es así como la descentralización energética es, también, una oportunidad para que las comunidades puedan iluminar su propio desarrollo, a la vez que potencia la transformación productiva desde lo local, promueva el respeto al medio ambiente y se permita sacar de la oscuridad a los 4.7 millones de centroamericanos a quienes el mercado no les ha podido garantizar el acceso a la energía.

Sin embargo la meta de llevar energía renovable verde e inclusiva a todas las personas mediante la descentralización energética enfrenta un gran reto que superar: el financiamiento, ya que el reconocimiento de la importancia del acceso a la energía en la agenda de desarrollo internacional, no se ha traducido en un mayor flujo de financiamiento a dicho destino.

De acuerdo con el estudio, publicado por Icefi e Hivos, titulado «Financiamiento climático y descentralización energética en Centroamérica», a pesar de que el Istmo es una de las regiones más vulnerables frente al cambio climático, entre 2003 y 2016, únicamente recibió USD211.5 millones provenientes de los grandes fondos climáticos. Honduras fue el país que más recursos recibió, con USD70.2 millones. Costa Rica, por su parte recibió USD35.5 millones (16.8%); El Salvador, USD32.7 millones (15.4%); Nicaragua USD32.2 millones (15.5%); Panamá, USD 20.6 millones (9.9%); y, Guatemala, USD13.2 millones (6.4%). Además de los recursos asignados a proyectos en cada país, el 1.5% del financiamiento climático recibido fue utilizado para financiar dos proyectos regionales, por un monto de USD7.1 millones.

Centroamérica: distribución del financiamiento climático por país (2003-2016)

País En millones de dólares En porcentaje
Honduras 70.2 33.8%
Costa Rica 35.5 17.1%
El Salvador 32.7 15.7%
Nicaragua 32.2 15.5%
Panamá 20.6 9.9%
Guatemala 13.2 6.4%
Regional 7.1 1.5%

Fuente: Icefi/Hivos con base en cifras del CFU

Al analizar el destino del financiamiento climático recibido por sector, el energético es el que más recibe, con un 32.5% (USD 68.8 millones) de los recursos asignados. Sin embargo, de esos recursos únicamente USD2.35 millones, apenas el 1.1% del financiamiento climático recibido por Centroamérica, se destinó a financiar un proyecto de descentralización energética, que mediante el desarrollo de infraestructura de electrificación rural permitiera llevar energía a comunidades pobres; dicho proyecto fue ejecutado en Honduras.

Ante este panorama, saltan a la luz dos reflexiones. La primera es que el financiamiento climático no es una fuente significativa de recursos para Centroamérica, a pesar de que es una de las regiones más vulnerables frente a los impactos del cambio climático. Además, a pesar de la importancia del acceso universal a la energía para el desarrollo de la región, los flujos de financiamiento climático destinados a la descentralización energética son marginales. La segunda es que ante este panorama, es necesario que los Estados centroamericanos fortalezcan la movilización de recursos propios, mediante una política fiscal que busque garantizar el acceso universal a la energía y caminar hacia el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible 2030.


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